La inteligencia artificial se ha convertido en una fuerza transformadora que redefine cómo trabajamos, nos comunicamos y convivimos. Kay Firth-Butterfield, experta en IA y ética, incide en un aspecto clave: no se trata solo de desarrollar esta tecnología, sino de decidir colectivamente qué tipo de relación queremos tener con ella.
Durante su intervención en el evento BBVA Open Summit, Firth-Butterfield advirtió sobre los riesgos de diseñar sistemas de IA sin una visión ética clara ni participación inclusiva. Expresó que, aunque la IA ofrece beneficios como el acceso a una mejor educación o servicios de salud más eficaces, su mal uso puede acentuar las desigualdades y poner en peligro derechos fundamentales. Por ello, aboga por una gobernanza transparente y una regulación que garantice equidad, además de subrayar la importancia de que los ciudadanos participen activamente en este debate.
La IA no es un destino inevitable, es una construcción social en la que todos jugamos un papel decisivo. Elegir cómo queremos convivir con ella ahora, determinará su impacto real en el futuro.
Esta información puede ser especialmente útil para desarrolladores, docentes, emprendedores tecnológicos y cualquier persona interesada en el desarrollo ético de la inteligencia artificial y su implicación en la sociedad actual y futura.
Fuente: BBVA













